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Capítulo 8. Una pieza única, una entre un millón

Miqui Puig hace referencia a Carl Craig, DJ que está de acuerdo con su personal punto de vista, “tienes que tener en la cabeza muchas canciones, porque lo que tú has ordenado en tu casa, luego puede cambiar por muchas razones. Los DJs que vienen de hacer bailar en los clubs como DJ Harvey o como The Chemical Brothers, que pinchaban en The Social, son gente que lleva mil canciones en la cabeza


A la hora de pinchar una sesión habrá que elegir entre todo ese arsenal, pero aquí, para el propósito de este capítulo no lo haremos con 1.000 canciones, ni con 500, ni siquiera la mitad y tampoco con 100, vamos a seguir la recomendación de Amable que, algo más adelante sugiere usar 25 temas para una sesión de hora y media que, además, es un tiempo ideal para mi gusto.


Supongamos que ya se han seleccionado 25 canciones de todo el arsenal, sólo 25, todas con ritmo marcado y groove, válidas para bailar. El DJ tendrá que ordenarlas y, atención a esto, ojo, las permutaciones que pueden hacerse con esos 25 temas son, prácticamente, infinitas.


No es una exageración, no es retórica, son matemáticas. Hice una consulta a Cisco Fran, matemático y músico, guitarra y voz de La Gran Esperanza Blanca. Le pregunté qué había que hacer para calcular todas las formas de ordenar 25 canciones, y esta es la fórmula, (25x24x23x22x……3x2x1). No hace falta que hagáis la operación, el resultado es una cantidad inmensa, mucho más allá de lo que somos capaces de manejar, la cifra es 1.551.121 y 19 ceros más a la derecha.


Una persona que viviera 80 años y trabajase en ello durante 12 horas diarias ordenando una sesión diferente cada minuto, apenas estaría comenzando esa labor cuando diera su último suspiro. El número de posibilidades está tan lejos de las dimensiones que podemos comprender que, como dice Nacho Vegas en El Hombre Que Casi Conoció A Michi Panero (2006), “es bastante más de lo jamás soñaríais en mil vidas”. Por tanto, sin duda de ningún tipo, cada sesión que se prepare es una pieza única, y eso ya la aproxima al arte.


Esto es lo que me comentó Finalversion3 acerca de su sesión ideal: “hablo de una hipotética sesión en la que puedo hacer lo que quiero. Asumo que el sonido es el mejor, la sala está a reventar y la reacción del público no va a influir en lo que yo haga, así que prácticamente es una utopía que comienza a las 3:00 y dura tres horas, con planteamiento, introducción, desarrollo, nudo, clímax y desenlace. Parece fácil, pero hacerlo bien cuando estás condicionado por el sonido, la sala, el público y, sobre todo, por tu mente, es complicado. Muchas veces a los DJs nos entra prisa porque pensamos que los clubbers no están respondiendo a nuestra música, y es casi siempre un error intentar acelerar ese proceso en lugar de llevarlos orgánicamente hacia donde queremos. El cerebro necesita un periodo de adaptación para todo y con la música y el baile pasa lo mismo. Al abrir en Club Gordo suelo organizarme la música tal cual la pincharía en esa utópica sesión ideal. Mi manera de hacer evolucionar las sesiones suele ser siempre parecida: me gusta comenzar con temas limpios y vaporosos con desarrollos lentos y patrones largos y poco a poco que el sonido vaya secándose, distorsionándose y reduciendo la duración de los patrones, y finalmente volver a abrir un poco el sonido, restarle oscuridad y distorsión pero no intensidad y quizás sumar algo de épica y de sonidos y patrones recordables para tener un final feliz. Dicho de otro modo: suelo comenzar con ambient, paso a deep techno bastante atmosférico a 115 BPMs aproximadamente y voy subiendo poco a poco de intensidad, pasando por temas más contundentes con bajos acuosos, luego bajos distorsionados, algunos breaks para romper el ritmo y que den ganas de volver al 4x4, paso a temas percusivos más rápidos con patrones muy repetitivos y finalmente algo un poco melódico o armónico


Elegir el orden es una tarea capital porque la sensación que se trasmita va a ser muy diferente dependiendo de cómo se encadene esa sucesión de canciones. En cierto modo es como realizar una construcción o un rompecabezas porque no todas las piezas, no todas las canciones, encajan una con la otra, o no encajan igual, por lo que no producen la misma figura ni la misma imagen ni, en el caso de las canciones, la misma sensación.


Con seguridad, si esas 25 canciones que mencionaba más arriba, las ordenan varios DJs, vamos a disfrutar de una sensación diferente, agradable siempre porque las canciones son buenas y son las mismas, pero la personal sensibilidad de cada DJ garantizará experiencias muy distintas cuando suene su sesión a 110 dB.


Para utilizar como ejemplo, incluyo a continuación una lista de lo que considero 25 buenas canciones para bailar:

1-Feel Good / Gorillaz Feat. De La Soul

2-Hell Alright / De-Phazz

3-Demolition Man / Grace Jones

4-Balla Con Me / Adriano Celentano

5- Chain Of Fools / Aretha Franklin

6- Verbena / Novedades Carminha

7-My Baby Portable Player Sound / Pizzicato Five

8-Home Cookin' / Junior Walker & The All Stars

9-Serious / Richard Hawley

10-Life During Wartime / Talking Heads

11-Lady Marmalade / Mongo Santamaría

12-Choubidouhaa Capsule

13-C.O.O.L. Party Confidence Man

14-Can I Seat Next To You / Spoon

15-Sound and vision / David Bowie

16-Salvaje / Fuel Fandango

17-Long Line Of Cars / CAKE

18-$50 Million / !!!

19-Las Líneas De La Mano / Radio Futura

20-Funky Jam / Primal Scream

21-El Clan del Ruido / Los Pilotos

22- El Velero Lucio Battisti

23-Little Less Conversation / Elvis Presley & Junquie XL

24-The Sidewinder / Lee Morgan

25-Theme From Skidoo / Bobby Hughes Experience


Seguramente algunos de los temas los reconocerás inmediatamente, otros te sonarán y el resto quizás no te vengan ahora a la cabeza o acaso no los hayas escuchado nunca. No son temas raros, si alguno no lo conoces, puedes encontrarlo en las plataformas habituales para hacerte una idea de la lista completa.


Si tuviéramos que ordenarlas para hacer una sesión, ¿por cuál empezamos? Responder esta pregunta va a ser clave para que el viaje que se proponga tome una dirección u otra. Para mí, esta decisión es fundamental, es el origen del viaje, la primera piedra de la construcción, la primera pieza de esa imagen de un rompecabezas que se va a ir generando conforme enlacemos el resto de canciones.


Hay muchas formas de hacer una buena sesión, pero lo que está claro es que el primer tema debe ser especial, diferenciador, porque ese es el hilo del que tirar. Miqui Puig lo tiene clarísimo, “yo soy de los que siempre elijo una canción para iniciar y una para cerrar


Sólo hay que escuchar estas tres canciones para comprobar que la sensación que se crearía si se inicia la sesión con una u otra sería muy distinta, a pesar de que tienen BPMs casi idénticos:


9-Serious / Richard Hawley (2007) / 105 BPMs,

15-Sound And Visión / David Bowie (1977) / 104 BPMs


20-Funky Jam de Primal Scream (1994) / 105 BPMs


Son tres posibles comienzos que nada tienen de malo, ahora bien, iniciar con uno u otro, prácticamente asegura que la siguiente canción que se elija para pinchar será una distinta en cada caso, no ya por un tema probabilístico sino porque una vez decidida la apertura, la sesión se construirá buscando una entidad armónica, ordenando las canciones de modo que encajen en ese viaje que se propone, dando forma a esa imagen del rompecabezas, y cada uno de esos tres posibles inicios condiciona armónicamente al siguiente tema en sonar.


Aunque uno lo intente, es difícil encontrar en la lista una misma canción que pudiera encajar bien después de cada una de las tres anteriores porque son muy diferentes entre sí tanto en estilo como en intención. De ahí que yo considere muy importante el inicio de la sesión.


Según Amable: “es importante que empieces suave si tienes que entrar y estrenar la pista a partir de primera hora, pero también te puedes encontrar con sesiones en las que entres después de otr@ DJ y tengas la pista llena, ahí vale todo


Depende mucho de la sesión”, me decía José Mardi, “pero sí me parece un momento importante, sobre todo si pinchas una hora en medio de otros DJs, entonces me gusta comenzar con algo diferente y tienes que tenerlo claro. Si la sesión es tuya y es muy larga, preparas con detalle la primera media hora e igual no la escucha nadie….Pero sí, el comienzo me lo suelo currar, es importante. Suelo usar canciones largas, con rollo más bien “tranqui”, buscando que el inicio sea diferente”


Yo también creo que, si se abre la pista, ese primer tema es la señal que el DJ va a enviar para atraer a los bailarines, como una caricia, sin aspavientos.


Nada mejor que escuchar algunos que considero buenos temas de inicio para hacerse una idea de lo que quiero expresar:

Hip Hug – Her de Booker T. & M.G.´s (1967) / 109 BPMs es un clásico instrumental perfecto para calentar el ambiente. Suele haber algún atrevido “connaiseur” que no puede resistirlo y se lanza para abrir la pista con el reconocido maestro del Hammond


Haunted Head de Ezra Furman (2015) / 100 BPMs tiene el tempo de inicio ideal, muchísimo swing, toques clásicos y un crescendo que deja las cosas claras ya para el bailarín. Se percibe el desparpajo de Ezra en este rresistible abrepistas.


Where The Love Lives de Alison Limerick (1996) /120 BPMs en el mix de Frankie Knucles es un claro punto de partida si quieres que piensen de ti que tienes elegancia y “savoir faire”. Nada como ese piano para identificar un clásico del house lleno de toda la herencia disco, todo lo puedes encontrar en este abrepistas muestra perfecta del house fino que hizo Frankie.


Ya no te veo de Novedades Carminha con Dellafuente (2019) / 107 BPMs es una de esas mezclas artísticas que podría señalar un camino en la música nacional, tan acomplejada por su tradición musical en la actualidad. Si se ha de ser suave, esto es suave, y bello.



Memphis Soul Stew de King Curtis (1967) / 113 BMPs es eso que se llama un inicio de libro porque además de cumplir todo lo que se ha dicho, va introduciendo los instrumentos como en una receta y genera un buen rollo irresistible. Como máximo se tarda un minuto en tener al primer bailarín haciendo de pinche para que King se cocine este potaje soul en el centro de la pista.


Now You Got Me Hooked de Against All Logic (2018) / 98 BPMs tiene esa mezcla de moderna y clásica que consigue gracias al “sample”, un tempo ideal de inicio y varios puntos en la canción donde puedes seleccionar el siguiente tema. Además, combina bien con muchos estilos.


Loaded de Primal Scream (1991) / 91 BPMs es una declaración de principios para comenzar que ayuda a trasmitir lo que se busca e incluso admite subir el pitch durante el tema hasta el tope para mejorar la sensación al bailar e ir atrayendo a la pista a los que parecían escépticos.


Chk, Chk, Chk son imprescindibles en la pista, y con esta canción, Do The Dial Tone, que abre su disco de 2020, uno se entona perfectamente porque, aunque ronda los 120 BPMs, va entrando poco a poco, sin sobresaltos. Como casi siempre, en esta canción andan sobrados de talento y de groove. De hecho, este disco que ellos llaman EP, Certified Heavy Kats, es, en sí mismo, una sesión abreviada a los 32 minutos de duración. Un ejemplo de grupo que tiene claro el concepto.


Sign “O” The Times de Prince (1987) / 108 BPMs es la definición perfecta de una buena canción de inicio. Aunque su letra es dura, su construcción es densa, sensual e insinuante y resulta hipnótica. Cada instrumento suena en su sitio, y todos ayudan a marcar el beat, hasta la voz, todo al servicio del ritmo, que hasta cuando desaparece, porque desaparece por momentos, está en tu mente. Una joya para el bailarín que puede ir de aquí para allá, saltando de “riff en riff” como Tarzán de liana en liana.


One For The Road de Arctic Monkeys (2013) / 89 BPMs es una excelente canción también. Tiene la ventaja de ser conocida y va generando expectativa sin llegar a estallar. La manera de cantar de Alex Turner hace de estos medios tiempos de los Monkeys un inicio siempre efectivo.

Otro buen tema de apertura es Mercy Mercy Me (The Ecology ) de Marvin Gaye (1971) / 95 BPMs , un soul tradicional, que tiene groove de sobra y un beat sencillo para iniciar suave. Tanto el beat como el final de la canción facilitan el enlace con temas de variados estilos. Es un seguro, un tema que ha escuchado todo el mundo y que gusta siempre. Un clásico.


El Naufragio, de Diamante Eléctrico (2018) / 85 BPMs, trasmite desde el inicio esa sensación de profundidad gracias a un sonido poderoso y muy actual, pero combina bien con clásicos y su final hace que pueda continuar también por líneas muy diferentes. Este disco, Buitres, tiene varias canciones que servirían en una sesión. Gran grupo colombiano que también sorprende como inicio por ser casi desconocido por aquí.


Life Is Something Special, de Peech Boys (1982) / 109 BPMs en el mix de Larry Levan,

es tan especial como su título, juguetona y tiene tanto groove que su duración de más de 9 minutos no agota al bailarín que se decida abrir la pista.


Si hubiera remilgos para hacerlo, esta canción mezcla a la perfección en cualquier momento con Fashion, de Bowie (1980), y ambas admiten subirle el pitch bastante, de modo que cuando decida el DJ, todos a bailar. No falla.


Ya sabes que “solo hay una oportunidad para causar una buena primera impresión” Una verdad indiscutible. Y hay que conseguir una buena impresión, la mejor. Ese primer tema tiene que marcar una diferencia. A ser posible tiene que recordarse tiempo después por el bailarín. Cuando vuelva a escucharlo a partir de ahora, siempre debería pensar, “mira, este fue el tema con el que se abrió aquella sesión


No estoy a favor de los “warm up” largos. Para mí, una buena regla es que el calentamiento debe durar entre un 5% - 10% del total de la sesión, no más. Por eso también es importante elegir bien el inicio. Hay que enganchar al bailarín desde el comienzo con una buena canción. Que no se nos despiste.


De entre los 25 temas que utilizamos como ejemplo, yo empezaría con este del gran emperador Adriano Celentano. El número 4-Balla Con Me (1996). Aunque su ritmo marcado es tan sólo de 83 BPMs, añade un montón enorme de patrones rítmicos y contrapuntos por lo que puede bailarse desde el inicio. Es también muy rítmico por lo que termina enganchando ya que dura lo suficiente, más de 7 minutos, y como es muy poco conocido llama la atención, sorprende un tema así en italiano, se rompen prejuicios desde el comienzo y ese final contando números y hablado en castellano remata en seco permitiendo, prácticamente, cualquier enlace posterior. Ideal.


Decidido este paso, el más importante, ahora hay que seguir añadiendo temas en cola por tipo de sonido, estilo, intención, BPMs similares o cualquier otro parámetro que uno quiera tener en consideración hasta completar esa lista de los 25 temas, que ahora estarán agrupados por bloques según hayamos decidido, buscando un todo armónico. Vale todo y, a la vez, no todo vale.


Muchas personas que conozco tienen un gusto fantástico para las canciones y pueden nombrar muchísimas que son buenas, pueden hacer una lista, muchas listas, pero no conforman una sesión. De igual modo que uno puede comer azúcar, huevos, bizcocho, café, mascarpone y cacao, todo de lo mejor, pero no está saboreando un buen Tiramisú. Hay que conocer y manejar bien los ingredientes para ser capaz de cocinarlos juntos, de hacer un buen plato.


Por ejemplo, en una sesión de baile es lógico, y hasta conveniente, incluir canciones que el bailarín reconozca porque, como ya se ha dicho, se pueden disfrutar más y ganar en expresividad por la facilidad que supone saber con anticipación cuándo una canción ofrece un groove reconocible, pero también habrá temas que no haya escuchado nunca o que no recuerde. La gracia está en que el DJ sorprenda en cómo y cuándo esos temas van apareciendo. Encontrar el momento preciso para pinchar un tema necesita de intuición, una intuición experta.


La experiencia de José Mardi es muy clarificadora: “…depende de la sesión, si me contratan para una cosa concreta, conozco el promotor, sé el tipo de público que va a haber, entonces preparo un set compacto, pero en la sesión mensual del Oven Bar que pincho durante 6 horas, esas no las preparo, llevo un montón de discos y por intuición…”


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